2014
Aprende a cepillarte bien los dientes. Para un buen cepillado de dientes, se deben emplear al menos dos minutos.
En el cepillado se recomienda colocar el cepillo formando un ángulo de 45º respecto a la encía y hacer movimientos cortos y suaves tanto sobre la superficie interna como la externa de cada diente, realizando un movimiento que aleje la placa de la superficie del diente y de la encía.
Acuérdate de limpiar todos los dientes y superficies: dentro, fuera, superficies masticatorias, los dientes de difícil acceso y las zonas que rodean los empastes, las coronas y otras restauraciones. Presta atención a lo largo de la línea de las encías. Concéntrate en limpiar exhaustivamente cada sección. Para conseguir un aliento más fresco, cerciórate de cepillarte también la lengua.
Si te sangran las encías, no dejes de cepillarte, con un cepillado exhaustivo se puede revertir las primeras fases de la gingivitis. Visita al dentista si el sangrado persiste.
Es importante elegir un cepillo adecuado. Seguir una técnica de cepillado correcta no tiene sentido si no disponemos de la herramienta adecuada. Un cepillo de dureza suave o media, con cerdas sintéticas y cabezal pequeño es el mejor para llegar a las zonas de difícil acceso. Por otra parte, es importante sustituir el cepillo cuando empiece a mostrar signos de desgaste o cada 3 meses.
La técnica de cepillado es prácticamente la misma con los cepillos eléctricos. Pasa el cepillo lentamente por todos los dientes, tanto por la cara interna como por la externa, sin presionar demasiado. El movimiento circular es suficiente para eliminar la mayor parte de la suciedad.
Resulta difícil acceder al espacio interproximal, que es el que se encuentra entre los dientes. Con frecuencia quedan restos de comida ahí y no se pueden eliminar con el cepillo. Para limpiar estas zonas deben utilizarse cepillos especiales o hilo dental una vez al día.
Hay muchas superficies de la boca donde las bacterias pueden asentarse: en los dientes, naturalmente, pero también en la lengua y las encías. El uso de un enjuague bucal después del cepillado es importante para reducir su proliferación.
Los colutorios pueden emplearse a diario para el mantenimiento de una buena salud bucal o de forma temporal para problemas específicos.
Los colutorios de uso diario como LISTERINE ® se deben ir incorporando a la rutina diaria de higiene bucal como complemento del cepillado y el hilo dental. Entre las características de los colutorios de uso diario hay que subrayar la importancia de un buen efecto antibacteriano, capaz de eliminar la placa, proteger las encías y de combatir las bacterias que causan la halitosis. Los colutorios a base de aceites esenciales son una buena elección, ya que han demostrado poseer una buena eficacia en todos estos aspectos.
Entre los colutorios utilizados de forma más específica, encontramos por ejemplo colutorios con clorhexidina, usados ampliamente en odontología en concentraciones de 0,2% y 0,12% por su gran eficacia en la prevención de infecciones debidas a intervenciones odontológicas. El uso de estos colutorios está sin embargo restringido a periodos breves, de 1 a 2 semanas, debido a que una exposición prolongada o excesiva puede causar efectos indeseados como la coloración de los dientes y de la lengua. Si tienes dudas sobre qué enjuague bucal es el que mejor se adapta a tus necesidades consulta con tu dentista.
¿Crees que tienes unos dientes y una boca sana porque te los lavas todos los días? ¡Esto no es una excusa para no ir al dentista! Tu dentista te dirá cada cuánto tiempo debes hacerte una revisión. Mucha gente no va al dentista de manera periódica.
La placa que se forma en la superficie de los dientes está compuesta por proteínas salivales, bacterias, azúcares complejos y ácidos. El cepillado de los dientes y el uso de enjuagues bucales e hilo dental a diario reducen estas acumulaciones. Sin embargo, si la higiene bucal no es óptima, la placa dental acaba formándose a largo plazo, y con la acumulación de minerales se convierte en sarro.
Una vez que el sarro aparece, debe eliminarlo un dentista o un higienista. El sarro es uno de los factores responsables de la gingivitis y de la decoloración de los dientes. Por eso te recomendamos encarecidamente que vayas al dentista con regularidad.
La función de los dentistas consiste tanto en prevenir como en curar. En primer lugar, tu dentista querrá conocer:
¿Por qué? Para asesorarte sobre los hábitos de higiene bucal adecuados y ayudarte a incorporarlos a tu vida diaria. Puede recordarte cómo cepillarte los dientes correctamente y aconsejarte sobre qué enjuague bucal usar.
Visita a tu dentista periódicamente. No olvides que es recomendable llevar a los niños a revisiones desde que son muy pequeños.
En las revisiones, el dentista puede recomendarte una limpieza bucal, que ayudará a prevenir la gingivitis. Las limpiezas bucales consisten en la eliminación de la placa bacteriana y el sarro mediante raspado o ultrasonidos, con el posterior pulido de los dientes para devolverles su brillo natural.
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